El % de los trabajadores utilizan este formato de trabajo regularmente, y si miramos los datos de algunas comunidades autónomas como Madrid, estos son todavía mayores, un % en el caso de la capital. Y no es algo que se diga de forma aleatoria, son datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su página web, y que son de libre acceso para quien tenga curiosidad.
Entre los principales motivos que aducen los trabajadores que utilizan el teletrabajo está el beneficio y las mejoras derivadas como una mejor calidad de vida y una mejor relación con el trabajo que se traduce en una mayor productividad, cuestión de la que poco se suele hablar, sobre todo por parte de los detractores de estas fórmulas. La cifra concreta es que el 14.60% de los trabajadores en España utilizan de alguna forma el teletrabajo, y es la cifra más elevada desde él 2022 y claro está, lejos de las cifras que se dieron en el 2020 y 2021 cuando la pandemia del Covid hizo que esa cifra fuera muy cercana al % de los trabajadores.
Sobre todo se están imponiendo modelos híbridos de trabajo, es el que más se consolida en España, en el cual el trabajador acude a su puesto de trabajo unos días y otros teletrabaja, y es que la demanda de los trabajadores después del Covid está siendo algo a lo que las empresas ya no pueden hacer oídos sordos, sobre todo si se plantean no únicamente incorporar nuevo talento, incluso retener el que ya tienen. La escala de prioridades de los empleados ha cambiado de forma importante, y un dato lo demuestra con el teletrabajo: en el 2019 solo un 5% de los trabajadores de España teletrabajada desde casa la mitad de sus días laborales, cuando ahora se sitúa como una petición unánime.
Y es tan unánime la petición que según distintos informes realizados por consultoras de trabajo y reclutamiento, el 53% de los empleados españoles estaría dispuesto a renunciar a su trabajo actual u este le impide poder disfrutar plenamente de sí vida personal, y un 40% haría lo mismo, es decir, abandonar su trabajo si sus peticiones de flexibilidad no son atendidas. Los hay que incluso estarían dispuestos a reducir su salario por mejoras de flexibilidad, un 39% de los trabajadores.
Con estos datos, es en cierto modo normal que el modelo de trabajo flexible o híbrido sea una realidad permanente en el actual mercado de trabajo, pese a que muchas empresas y sobre todo, muchos jefes y managers siguen «presionando» a sus equipos para que el modelo presencial sea del 100%, y es que en algunos países como España, la cultura de lo presencial es todavía algo con mucho arraigo, cuando lo que se debe de fijar no es las horas que se está en el puesto de trabajo, sino el desempeño que se hace, la efectividad y eficiencia en la labor encomendada al trabajador. Este es posiblemente el gran problema, que desde los equipos directivos no se marcan los objetivos de forma clara, y lo que es más preocupante, no tienen medios para poder medir esa eficiencia en el trabajo. Consecuencia de ello es que se tira de lo conocido, ver al trabajador en su puesto de trabajo, pese a que este puede estar jugando online o simplemente, trasteando en sus redes sociales.
Quien no ha comprendido que los tiempos han cambiado, y que es un movimiento imparable, están añadiendo una mayor dificultad para no solo encontrar nuevos talentos para sus empresas, tendrán dificultades y muy serias, para poder mantener el que ya tienen y que sus competidores pueden fichar.
Carlos Zubialde
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